Acoso y violencia escolar

El Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, celebrado el 7 de noviembre, busca concienciar sobre la grave problemática del acoso en las escuelas y su impacto en los estudiantes. Esta forma de violencia, que puede incluir abuso físico, verbal y psicológico, afecta profundamente a las víctimas y genera un ambiente educativo negativo que impide el desarrollo pleno de los estudiantes.

Hay que destacar que hoy en día, el acoso se extiende más allá del horario escolar, el niño o joven puede sentirse acosado a través de teléfonos móviles u ordenadores en cualquier momento del día. De la misma forma, la imagen o texto dañino puede extenderse a través de las redes más allá de la comunidad escolar y quedando grabado en la huella digital de la persona y hay que recordar que «Internet no olvida«.
 
La criminología juega un papel clave en entender y prevenir el acoso escolar, pues permite analizar factores de riesgo, como antecedentes familiares y culturales, y perfiles de agresores y víctimas. A través de programas preventivos, formación de docentes y políticas de intervención basadas en evidencia, la criminología ayuda a implementar medidas que no solo castigan, sino que también buscan prevenir la violencia, promoviendo un ambiente escolar seguro.
 
Las estrategias más efectivas incluyen campañas de sensibilización para alumnos y familias, protocolos claros para responder ante el acoso y capacitación del personal escolar en resolución de conflictos. Además, la legislación que aborde el acoso escolar es fundamental, pero debe complementarse con medidas de reeducación para evitar la repetición de estas conductas.
 
Este día nos recuerda que todos somos responsables de fomentar un ambiente libre de violencia en las escuelas. La prevención y la educación en valores de respeto y empatía son la clave para reducir el acoso escolar y construir un entorno seguro y saludable para todos los estudiantes.